Que se detenga el viento y la luz, que calle el silencio, que hable el
dolor, que se ha muerto de paz....el amor.
Que se alcen muros de libertad, que se asesine para evitar que seamos
distintos, llora Alá. Que cese la voz de un fusil que una vida se llevó. Y
que el dios de la guerra se convierta en barro y que se vaya a la mierda. Y
nació un nuevo dios, un dios de los pobres, un dios de verdad, donde la
libertad no sea eslogan ¡sea verdad!
La guerra solo hay que hacerla en la cama y el amor donde a ti te dé la gana
y como un huracán, te sentirás vivo. Que pare la angustia, pues oigo llorar
al viento de oriente por no ser igual, que alguien venga a evitar que siga
el saqueo. El oro negro es poder. Y nació un nuevo dios. Un dios de los
pobres, un dios de verdad, donde la libertad no sea un eslogan ¡sea verdad!
Y brilló un nuevo sol que asesinaba con besos el mal y un oasis donde
alguien perdió su fusil.
[Txus-Madrid, 12 de enero de 2004]