Me puedo ver con claridad
tumbada en un gran salón,
rodeada de gente que llora y habla
bien de mí... Tan elegante sin pintar,
serena y relajada,
salgo del cuerpo y doy una vuelta por ahí... Entre flores, cintas de colores,
y olor a incienso oigo un Padre Nuestro... Por lo bajini oigo decir
lo normal en estos casos:
"¡Qué buena chica era aunque sí que
era un poco rara!". Podré por fin descansar
de tanto mal de amores, de tantos
sinsabores, tantos dolores... Irme a vivir bajo un gran mármol gris
y en mi epitafio leer
un ripio escrito por ti... ¿Qué harás tú cuando mueras, qué
harás tú?, ¿Darás vueltas por el cielo
o arderás en los infiernos?
Dime, ¿Qué harás tú cuando mueras, qué
harás tú? ¿Colgarán de ti cadenas