Como una hamaca vacía
las penas y alegrías,
van y vienen
y de pronto se detienen
cuando tú
pájaro duende,
apareces.
Como un jardín tan desierto
me lleno hoy de jazmines
y te espero,
sin preguntas para hacerte
tú y yo
pájaro duende.
Cuando el corazón me mate
de tanto amarte
sepultaré este hombre
y saldré a buscarte.
Cuando el corazón
me mate de tanto amarte
me olvidaré de todo
pájaro duende
y te amaré,
y volaré
hasta alcanzarte.
Como un hambriento sin hambre
clausuré mis ganas
de repente
inventé el modo de irme
porque tú
jamás vendrá
pájaro duende.
Cuando el corazón me mate...